En esta guía aterrizamos cómo gestionar un fondo de empleados con enfoque de sostenibilidad y control de riesgos: qué indicadores vigilar, qué cambió en el modelo de pérdida esperada, cómo evitar concentraciones peligrosas y cómo integrar criterios ambientales, sociales y de gobernanza sin burocracia, ajustado a las normas vigentes en Colombia.
La gestión financiera sostenible en fondos de empleados no es marketing: es continuidad del servicio a los asociados. En 2024 hubo ajustes clave al Sistema de Administración del Riesgo de Crédito (SARC), y al mismo tiempo avanza la estandarización global de reportes de sostenibilidad (ISSB). Ambos frentes influyen en decisiones diarias: políticas de crédito, liquidez, inversiones y reportes a supervisores y asociados. (Supersolidaria, 2024; IFRS Foundation, 2023–2024).
Para fondos de empleados, la CBCF fija reglas concretas cuando se prestan servicios de ahorro y crédito a los asociados. Dos ideas sencillas:
Más allá del cumplimiento, estos umbrales son una “barrera de contención” contra choques: si la cartera se deteriora o una empresa aporta una fracción desproporcionada de captaciones, el fondo ya está expuesto. Por eso conviene actualizar trimestralmente pruebas de estrés simples (escenarios de mora y retiros) y documentar la evidencia que revisa el revisor fiscal sobre el cumplimiento mensual del indicador.
La Circular Externa 68 de 2024 modificó el modelo de pérdida esperada, precisó conceptos en modalidades de cartera y ajustó el cronograma de implementación. También alineó el catálogo de información para reflejar mejor la morosidad por reportar desde enero de 2025. ¿Qué significa para su fondo?
La sostenibilidad no solo es “huella de carbono”. El ISSB (IFRS S1 y S2) define un lenguaje común para divulgar riesgos y oportunidades de sostenibilidad y clima, vigente para periodos iniciados desde el 1 de enero de 2024 en jurisdicciones que adopten o permitan su uso. Esto se puede aplicar como mejor práctica voluntaria en el sector solidario: identifique riesgos materiales (climáticos, sociales y de gobernanza), qué métricas ya tiene (mora, rotación de aportes, educación financiera, ecoeficiencia), y publique un informe breve para asociados con gobierno, estrategia, riesgos, métricas y metas. (IFRS Foundation, 2023–2024).
Ejemplos prácticos para un fondo de empleados:
Para profundizar, multilaterales como BID Invest e IFC ofrecen políticas y guías prácticas que ayudan a estructurar instrumentos y programas sostenibles adaptados a América Latina. (BID Invest, s. f.; IFC, 2023).
La Circular Externa 70 de 2024 actualizó el formato de ROS (Reporte de Operación Sospechosa) y el formulario de vinculación del asociado (ahora Anexo 5 del Título V de la CBJ), habilitando mecanismos como firma digital o biometría para facilitar procesos ágiles y digitales, en coordinación con la UIAF. Esto reduce fricción para el asociado y mejora la trazabilidad de riesgos. (Supersolidaria, Circular Externa 70 de 2024).
Además, recuerde que la CBCF vigente (actualizada por CE 22 de 2020 en 2021) es el marco técnico base de reporte financiero y gestión de riesgos para las organizaciones solidarias. Mantener políticas y catálogos al día facilita la interacción con SICSES y evita reprocesos. (Supersolidaria, 2021).
Días 0–30
Días 31–60
Días 61–90
Si su fondo no presta servicio de ahorro y crédito, estas referencias siguen siendo útiles para gobierno, riesgos y sostenibilidad; adapte metas y divulgación según su operación.
Contador Público | Especializado en la administración de Fondos de Empleados
Octubre 08, 2025